“Cualquiera puede complicar un tema, pero solo alguien que lo entienda puede simplificarlo.” ~Richard Feynman, Premio Nobel de Física
A lo largo de mis más de cuarenta años como entrenador, me he esforzado por mantenerme al día con las tendencias actuales. Mantenerse al día con los cambios es fundamental en la profesión. No hay excusa para no estar al día con la información más reciente, ya que el acceso es más fácil que nunca a través de redes sociales, videos, blogs, tecnología, software estadístico y clínicas. He explorado métodos de coaching ecológico, resultados anticipados (estadísticas), coaching basado en restricciones, aprendizaje cognitivo, pedagogías lineales y no lineales, actividades en bloques y aleatorias, principios de práctica deliberada y más.
A medida que me he familiarizado con estos enfoques de instrucción y métodos de práctica, me he dado cuenta de que estos conceptos no son revolucionarios, y el juego no me ha pasado desapercibido. ¡Uf! Cualquier entrenador que se precie ha incorporado métodos similares a su entrenamiento durante muchos años. No le dábamos un nombre científico a lo que hacíamos; era entrenamiento. Me alegró bastante que gran parte de mi rutina de práctica implementara, en distintos grados, los principios de todos estos métodos. Es preocupante que quienes defienden una filosofía específica se aíslen en su enfoque y no reconozcan que los buenos entrenadores combinan muchos enfoques al enseñar el juego.
Varios de los enfoques actuales del entrenamiento se enmarcan en la teoría educativa del "Constructivismo", predominante en los sistemas educativos públicos de nuestro país, con resultados bastante dudosos. En un entorno constructivista, el entrenador asume el rol de facilitador de actividades, brindando una guía mínima y permitiendo a las jugadoras "construir" su aprendizaje basándose en el autodescubrimiento y su capacidad para resolver problemas y adaptarse a los eventos en la cancha. Suena bien en teoría, pero ¿funciona?

En 2006, el Dr. Paul Kirschner, el Dr. Richard Clark y el Dr. John Sweller publicaron una investigación impresionante que demostraba que, para las novatas (que representan la mayoría de las jugadoras), la instrucción explícita directa es más efectiva y eficiente y, a largo plazo, más agradable, que una orientación mínima.
Si bien los enfoques de instrucción sin guía o mínimamente guiados son muy populares y resultan intuitivamente atractivos, se argumenta que estos enfoques ignoran tanto las estructuras que constituyen la arquitectura cognitiva humana como la evidencia de estudios empíricos del último medio siglo que indican sistemáticamente que la instrucción mínimamente guiada es menos eficaz y eficiente que los enfoques que priorizan la guía del proceso de aprendizaje del estudiante. La ventaja de la guía comienza a disminuir solo cuando los estudiantes poseen conocimientos previos lo suficientemente altos como para proporcionar una "guía interna" (Kirschner) .
Utilizo esta cita del estudio para subrayar que los entrenadores son esenciales para guiar al atleta durante las etapas formativas de adquisición de habilidades y conocimientos. En algún momento del desarrollo de la jugadora, el entrenador puede asumir un rol menos activo, ya que las jugadoras podrán gestionar con éxito la resolución de problemas y la aleatoriedad que se presenta en la competición.
¿Significa esto que un entorno de práctica basado en los conceptos del constructivismo no tiene cabida? ¡En absoluto! Si entreno a una selección, donde las jugadores tienen una base de conocimientos y habilidades que les permite adaptar sus habilidades con éxito, resolver problemas y aprender de la experiencia, ese es probablemente el mejor entorno de aprendizaje para ellas. Sin embargo, lo que es bueno para una jugadora de la selección no necesariamente aplica a una jugadora de un equipo U-14.
Independientemente de la filosofía específica, la base fundamental para la mejora de las jugadoras es el conocimiento del juego y la comprensión de los aspectos clave de la ejecución de las habilidades. Pedirle a una jugadora que resuelva problemas o realice ajustes específicos en situaciones reales de juego cuando carece de los conocimientos o laa habilidades necesarias para dar una respuesta correcta resultará frustrante. Desde mi punto de vista, el entrenador debe dirigir la instrucción y las actividades de forma que las atletas adquieran una base de conocimientos que facilite el éxito en la cancha. El entrenador debe ser un líder, no un facilitador. El entrenador asume la responsabilidad de todos los aspectos del desarrollo del equipo y de la jugadora.
Tanto la jugadora como el entrenador deben adquirir conocimientos y habilidades fundamentales para una ejecución exitosa y adaptabilidad a las situaciones en la cancha. He entrenado a todos los niveles, desde niñas de 10 años hasta jugadoras de la selección nacional. Así organizo mis instrucciones y cómo superviso mi propio desarrollo como entrenador.
Observarás que las flechas apuntan en ambas direcciones. Las flechas de la derecha representan los pilares del desarrollo de conocimientos y habilidades que culminan en la experiencia de una jugadora o entrenador. Las flechas de la izquierda indican que, a medida que se desarrollan las habilidades y se compite a un nivel superior, se pueden requerir niveles adicionales de información, conocimientos y habilidades en la cancha. Es un proceso constante de adaptación de los conocimientos y las habilidades al nivel competitivo o de habilidad en el que se compite. Sin embargo, sin los conocimientos básicos, la jugadora no puede adaptarse a las mayores exigencias del juego de alto nivel.
En mi primer viaje al campeonato Nacional, categoría Menores en 1996 ni las jugadoras ni el entrenador estaban preparados para este nivel de competición. Aunque tenía mucha experiencia como entrenador en el mundo escolar, no estaba preparado para el juego nacional. Tuve que volver a la base de la pirámide, recopilar información y conocimientos adicionales, aprender a enseñar mejor las habilidades y preparar mejor a mi equipo para este nivel de competición. En la siguiente ronda del campeonato nacional, ganamos medalla de plata.
De la información al conocimiento
Cuando un entrenador asiste a una clínica y anota un ejercicio o escucha una conferencia, eso es información. Cuando miro las estadísticas de un partido, eso es información. Cuando mis entrenadores asistentes ofrecen su evaluación de un partido, eso es información. Es necesario comprender mejor la información para progresar hacia el conocimiento. Piense en la información como el "qué" y el "cuándo", y en el conocimiento como el "por qué" y el "cómo". Para pasar de la información al conocimiento, es necesario estudiar el material, implementar pequeños experimentos en la práctica, registrar los resultados, hablar con otros expertos para conocer sus opiniones, etc. Con la experiencia, el entrenador verá cómo los diversos datos se conectan entre sí y se combinan para aumentar el conocimiento del entrenamiento.
Del conocimiento a la mejora de las habilidades y la experiencia
Los entrenadores deben proporcionar a sus jugadoras una hoja de ruta para mejorar. El entrenador ofrece la información, los conocimientos y las actividades necesarias para desarrollar dicha hoja de ruta. La jugadora debe saber qué intenta hacer, aunque su ejecución sea deficiente. Sin los conocimientos básicos y las habilidades fundamentales, la jugadora se verá abrumada por las diversas situaciones que se le presenten en la cancha. A edades más tempranas, el balón presenta un mayor desafío que el oponente. Basta con observar la cantidad de puntos que recibe el oponente por errores de control del balón. Sin embargo, a medida que la jugadora adquiere experiencia y el nivel de competencia aumenta, el balón presenta un menor desafío y las jugadoras deben adaptarse a los desafíos del oponente. En este punto, la capacidad de resolver problemas en la cancha es una prioridad. Por ejemplo, si una atacante izquierdo se enfrenta a un bloqueo lateral derecho fuerte, el atacante debe adaptar su juego para atacar lejos de la bloqueadora fuerte. Sin embargo, debe poseer el conocimiento para reconocer la situación y la habilidad para hacer posible esta adaptabilidad. Reconocer un problema, pero no tener la habilidad o el conocimiento para resolverlo, frustrará a la atleta. Nuevamente, puede que no tengan éxito inmediato al alejarse de la gran bloqueadora, pero tienen una hoja de ruta de lo que están intentando hacer.
Cómo incorporo una variedad de metodologías de enseñanza en mis prácticas.
- Actividades bloqueadas: Una actividad bloqueada es una actividad que consiste en una sola habilidad (el entrenador en una caja sirve a las pasadoras). Algunos argumentan que las actividades bloqueadas en los entrenamientos no se transfieren eficientemente para una mejora a largo plazo. Las investigaciones indican que esta opinión es correcta. Sin embargo, las actividades bloqueadas son valiosas, especialmente con jugadoras sin experiencia o cuando el entrenador está trabajando en un aspecto específico de la habilidad. No obstante, tan pronto como sea posible, intente alejarse de las actividades bloqueadas y optar por actividades más relacionadas con el juego. Siempre puede retomar una actividad bloqueada según sea necesario.
- Práctica Deliberada: Me apasionan los principios de la práctica deliberada, que implican que las jugadoras se centren en aspectos específicos de una habilidad o sistema, se les exija al máximo sus capacidades actuales y el entrenador les ofrezca retroalimentación específica y oportuna. Estos principios pueden aplicarse incluso en los ejercicios más sencillos.
- Principios del aprendizaje cognitivo: Me centro en tres o cuatro puntos específicos de énfasis en una actividad. Un entrenador que bombardea a la jugadora con información excesiva corre el riesgo de que no pueda procesarla.
- Actividades lineales vs. no lineales: Los entrenadores tienden a operar de forma lineal, donde existe un componente secuencial en el aprendizaje (A lleva a B, que a su vez lleva a C). Sin embargo, el juego no es lineal, ya que los eventos ocurren aleatoriamente. En la medida en que los conocimientos y las habilidades lo permitan, la mayoría de las actividades deben situar a la jugadora en un entorno no lineal.
- Actividades con Restricciones: Soy un gran aficionado a este tipo de actividades de práctica. En pocas palabras, la actividad impone restricciones a la jugadora (cancha pequeña, menos jugadoras, debe ejecutar un golpe específico, debe colocar a una jugadora específico, etc.). Estas actividades permiten al entrenador enfatizar un aspecto específico del juego en un entorno "en vivo".
No es necesario trabajar en un silo filosófico con el coaching. Los ejemplos anteriores muestran una intersección entre varios tipos de actividades. Se pueden implementar conceptos de aprendizaje cognitivo dentro de una actividad con restricciones. Los entrenadores pueden incorporar diversos enfoques en sus sesiones de entrenamiento. Por último, animo a los entrenadores a asumir un rol de liderazgo en sus prácticas y la responsabilidad del aprendizaje.
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