PAUTAS DE PREVENCIÓN DE LESIONES.

Muy buenas a todos! Hoy conversábamos con varios compañeros entrenadores sobre el aumento considerable de lesiones causadas por traumatismos en nuestro voleibol de base. Basado en nuestra experiencia sobre el tema desarrollaremos sobre las medidas para disminuir lo más posible el riesgo de lesiones en nuestros entrenamientos, pues bien, a ello vamos!
Para comenzar creo que tenemos todos claro que no es plato de buen gusto para nadie el encontrarnos con una situación de una lesión de una de las jugadoras dentro de nuestros entrenamientos. Es una situación en la que todos (jugadora, entrenador y equipo) salimos perdiendo, por lo que entiendo que es tarea de todos el disponer de los elementos y la atención necesaria para evitar, en la medida de lo posible, la aparición de las mismas.
Entiendo que en nuestro deporte pueden aparecer, fundamentalmente, dos tipos de lesiones:
  1. Lesiones por microtraumatismos: Motivadas por movimientos repetidos de forma continua y mantenidos durante un periodo de trabajo, implicando la acción conjunta de los músculos, tendones, articulaciones, ligamentos, …de una parte concreta del cuerpo y provocando, en esta misma zona, fatiga muscular, sobrecarga, dolor y, por último, lesión. En nuestro caso podríamos focalizar las mismas en cintura escapular (por los golpeos al balón), rodillas (por los saltos), cintura pélvica (acciones explosivas de torsión del tronco) y musculatura (por acciones a máxima velocidad).
  2. Lesiones por traumatismos: Provocadas por  un impacto sobre una parte del cuerpo que resulta dañado. En nuestro caso presentamos gran incidencia de problemas en los tobillos y rodillas (por pisar a otros jugadores en desplazamientos en la red), dedos (por golpeos con el balón en bloqueo) y otras partes por golpeos en defensas o desplazamientos.
Teniendo claro esto tendremos que marcar pautas de trabajo en nuestros entrenamientos para intentar minimizar al máximo la aparición de estas situaciones, teniendo siempre en cuenta que el factor azar (en este caso en formato de “mala suerte”) siempre estará presente.
PAUTAS DE TRABAJO
  1. CEPILLARSE LOS HOMBROS ANTES DE EMPEZAR: Comenzar las sesiones de entrenamiento con una rutina de trabajo de gomas (elegir 5-6 ejercicios) como ya compartí en una de las entradas anteriores: TRABAJO PREVENTIVO DE HOMBRO. Hasta el punto de que a mis jugadoras les digo que las gomas son como el cepillarse los dientes para no tener caries.
  2. CALENTAR BIEN: Realizar un correcto calentamiento en el que se distingan dos partes:
    1. General: con ejercicios globales de movilidad articular (no soy muy partidario de los estiramientos pasivos en el inicio de las sesiones) y trabajo abdominal, si puede ser, con balones gigantes como os mostré en una anterior entrada: FUERZA ABDOMINAL CON FITBALL.
    2. Específica: casi siempre con balón en la que se caliente convenientemente el hombro antes de comenzar con los golpeos al balón.
  3. TRABAJAR LA FUERZA: Incluir, al menos una vez a la semana, un trabajo específico de fuerza (aunque no tengamos sala de pesas ni material siempre podemos trabajar con el peso de nuestros jugadores). Tener en cuenta que un cuerpo fuerte se lesionará menos que uno débil porque tolerará mejor la carga de entrenamientos. También mostrado con anterioridad organizado en forma de circuito: BLOQUE ESPECÍFICO
  4. PREVENIR ANTES QUE CURAR: No realizar ejercicios de calentamiento que incrementen la posibilidad de lesiones por contactos. En mi caso rehuyo de calentar con partidos de fútbol, baloncesto o similares por el riesgo elevado de lesión y prefiero hacerlo con juegos en los que la red esté por medio.
  5. TÉCNICA, TÉCNICA Y TÉCNICA. Enfatizar el trabajo técnico para hacer más armónicos y coordinados los movimientos. Esto hará que nuestros jugadores se muevan de una forma más eficiente“desgastando” menos sus estructuras musculares y tendinosas, haciendo más tolerable la carga y, por lo tanto, lesionándose menos.
  6. CUIDAR LA CIRCULACIÓN DEL BALÓN. Evitando que haya balones sueltos por el pabellón o balones que pasen por debajo de la red mientras tengamos jugadores saltando. Con la sencilla norma de que cada vez que veamos un balón entrar en el campo se grite “BALÓN” y nadie salte se evitan muchas lesiones.
  7. ESTIRAR AL FINAL. Un músculo con mayor capacidad elástica tiene más capacidad de generar fuerza rápida (la que necesitamos nosotros) que un músculo acortado por lo que tendremos que dedicar parte del final de la sesión a incidir en el estiramiento. Recomiendo que busquéis cosas relacionadas con la RPG (REEDUCACIÓN POSTURA GENERAL).
  8. COMUNICACIÓN. Mantener un contacto continuo con nuestros jugadores sobre sus dolencias ya que nos pueden indicar que nos estamos pasando con las cargas y sus estructuras aún no están preparadas para tolerar las mismas.
Haciendo memoria son muchos los años que llevo entrenando y realmente han sido pocas las lesiones que he tenido dentro del equipo, gracias a Dios la suerte es para el que se la trabaja.

. Imagino que en este caso el azar (o “buena suerte”) estaba y está conmigo aunque siempre sigo creyendo que
Espero haber aportado alguna idea en esta entrada y lo que si me gustaría es que no se quedase aquí, sino que de los comentarios surjan nuevas recomendaciones que prometo poner en un segundo capítulo de esta entrada.

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