LA AGILIDAD EN EL VOLEIBOL Y SU RELACIÓN CON LA VELOCIDAD DE REACCIÓN (1)

El voleibol es un deporte dinámico en el que para poder ejecutar correctamente las diferentes acciones técnicas debemos sumarle a cada acción los desplazamientos, cambios de direcciones y saltos. Las jugadoras apenas tienen tiempo para pensar, colocarse y prepararse; por esta razón se hace fundamental trabajar jugadoras más rápidas y ágiles pero, sobre todo, eficientes en sus movimientos en el campo para que mejore su rendimiento.

Cuando hablamos de agilidad, la entendemos como una suma de una buena coordinación, equilibrio y velocidad de reacción. En resumen, la agilidad es una habilidad compleja que nos ayuda a la hora de elegir una respuesta ante una situación que puede ser cambiante.

La jugadora ágil debe saber visualizar el juego e identificar los aspectos que le serán relevantes para la siguiente acción; con esa información podrá anticipar y tomar una rápida decisión final de manera eficiente y eficaz. Esta lectura del juego resulta esencial debido a que la velocidad del balón es, en la mayoría de los casos, mayor que la velocidad de la jugadora.

El trabajo de piernas se muestra fundamental para poder realizar estos cambios de dirección o ajustes de posición de la manera más rápida posible. En cualquier acción en voleibol existe este ajuste en mayor o menor medida, de ahí que introducir este tipo de trabajo a los entrenamientos debe ser parte fundamental de nuestra planificación.

Aunque tampoco debemos olvidar el trabajo de brazos. En este caso hablamos más de velocidad de reacción, pues nos referimos a situaciones tras el desplazamiento en las que se produce un cambio en el vuelo del balón donde sólo nos será posible una rápida adaptación de la posición de nuestros brazos para poder continuar la acción.

Entrando a la parte práctica, solemos trabajar esta agilidad y velocidad de reacción de dos maneras diferentes en nuestros entrenamientos:

  • Sin balón y centrándonos en cambios de direcciones rápidos o reacciones ante un estímulo. Intentamos en la medida de lo posible que estos ejercicios se asemejen a acciones del juego o que sirvan de calentamiento al objetivo de la sesión.
  • Con balón y buscando movimientos rápidos a la vez que trabajamos algún aspecto técnico. Según el ejercicio podemos perder calidad en la agilidad, pues los jugadores pueden moverse demasiado lento para realizar un buen toque, o en la calidad técnica, debido a que prestan atención a los movimientos en primer lugar. Generalmente cuando comienzan a mecanizar el ejercicio ambos aspectos mejoran.

Tanto del primer ejemplo como del segundo compartiremos algunos trabajos más adelante en el blog (escalera de coordinación, trabajo con aros, etc). Para esta ocasión nos vamos a centrar en trabajos sin balón. Empezaremos con ejercicios en parejas que introducimos antes de la parte principal de nuestra sesión y que pueden ser muy divertidos para nuestros jugadores:

  1. Las jugadoras se sitúan en parejas uno frente al otro, y con tres o cuatro conos, discos u objetos similares con diferentes colores. Uno de los jugadores lanza los cuatro conos al aire e indica a su compañero cuál es el color que debe atrapar antes de que caigan todos al suelo. De esta forma el jugador que atrapa trabaja su atención, agilidad y velocidad de reacción. Si el ejercicio se hace muy sencillo, podemos pedir que atrapen dos colores en lugar de uno.

2. Seguimos trabajando en parejas con un balón o cualquier otro objeto. Un jugador sujeta el balón mientras su compañero, en posición defensiva, coloca sus manos por encima del mismo. El jugador con balón lo deja caer, de forma que su compañero deba atrapar el balón antes de que éste toque el suelo. Podemos aumentar la dificultad pidiéndoles que realicen un toque en lugar de atrapar.

3. Otra opción consiste en situar a ambas jugadoras en posición defensiva, enfrentados y con un objeto entre ellas. El entrenador va diciendo partes del cuerpo y las jugadoras las irán tocando con ambas manos. A la orden del entrenador, ambas jugadoras tratan de atrapar el objeto.

4. De manera similar, pero esta vez trabajando las piernas, los jugadores se situarán enfrentados con dos o tres marcas de diferentes colores entre ellos. El entrenador irá diciendo colores y los jugadores deberán tocar la marca correspondiente con uno de sus pies.

Estos son ejemplos sencillos para trabajar con jugadoras de cualquier edad y centrados más en la velocidad de reacción. Son ideales para trabajar de manera divertida con nuestras jugadoras al principio del entrenamiento.

En la próxima entrada seguiremos trabajando el mismo tema pero esta vez trabajando en grupos la agilidad y velocidad de reacción de nuestras jugadoras.


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