APRENDIENDO VOLEIBOL (1): PROGRESIÓN EN EL ENTRENAMIENTO DE LA TÉCNICA.


Hoy la queremos dedicar al desarrollo completo de la jugadora de voleibol, desde un punto de vista de la progresión en el entrenamiento a lo largo de la vida deportiva de cada individuo.

En nuestro deporte debemos tener en cuenta la necesidad adquirir ciertas capacidades y destrezas, antes incluso de poder iniciar en la práctica del voleibol en sí, pues van a ser necesarios para poder ejecutar las diferentes técnicas. Sin un suficiente desarrollo de habilidades como la interpretación de trayectorias, la velocidad de reacción, la coordinación óculo-manual, etc. va a ser casi imposible jugar voleibol. Por esta razón, la mayoría de los autores consideran que la edad para iniciarse en la práctica de este deporte es a partir de los 8-10 años.
A partir de esta edad, en las primeras etapas de formación, el objetivo es la introducción de las destrezas técnicas básicas que buscan permitir a la jugadora mantener el balón en el aire. Esto es lo que nosotros llamamos “fundamentos”. Dentro de esta denominación incluimos las posiciones iniciales y los desplazamientos específicos, el toque de dedos, el toque de antebrazos y el saque de abajo.
Una vez que estos fundamentos son adquiridos y dominados, podremos evolucionar hacia “técnicas” aplicadas a las diferentes situaciones de juego -saque (de mano alta), recepción, colocación, ataque, bloqueo, defensa y cobertura-. En esta fase empezamos a pensar ya en la importancia de la necesidad de la coordinación entre los integrantes del equipo.

Les vamos a presentar un cuadro en el que ilustramos las diferentes fases en las hay que trabajar los aspectos de los que estamos hablando. La primera fase (introducción) es una primera toma de contacto con el elemento correspondiente; la segunda fase (adquisición) es el periodo que se considera más adecuado para desarrollar dicha destreza; por último, en la tercera fase (dominio), es cuando el deportista debe llegar a adquirir el control en esa habilidad técnica.

Evidentemente hay que tener en cuenta que existen aspectos que pueden modificar las edades recomendadas para la introducción de cada habilidad o para adquirir suficiente dominio en la misma, como puede ser el desarrollo madurativo de la deportista o la edad de iniciación en el voleibol. Por ello, recomendamos que los datos recogidos en este cuadro se utilicen sólo de manera orientativa, adaptándose siempre a las características de las jugadoras.

Para explicar brevemente este cuadro, vamos a hablar de diferentes grupos de edad que se corresponden aproximadamente con las diferentes categorías.

  • Entre 7 y 10 años: En esta etapa el objetivo es la coordinación y no el voleibol. El desarrollo de la velocidad de manos y piernas, el equilibrio y la reacción son claves en esta etapa. Nuestro trabajo se basará en enseñar las posiciones y movimientos fundamentales del voleibol (comenzando con posiciones altas y medias y desplazamientos cortos) con una pequeña introducción a las técnicas básicas: toque de dedos, de antebrazos y saque de mano baja. Todo ello aprendido mediante juegos y actividades divertidas y siempre de una manera muy breve.

  • Entre 10 y 12 años la coordinación vuelve a ser el objetivo principal. En esta etapa buscamos una jugadora universal, empezando a automatizar las posiciones y movimientos a media y corta distancia y aumentando considerablemente el número de repeticiones en el toque de dedos y antebrazos mediante juegos. Se trabaja el saque de abajo como una forma de poner el balón en juego y no se le presta demasiada atención al ataque y al bloqueo, que se adquiere generalmente gracias a la enseñanza por descubrimiento.

  • Entre 12 y 14 años: El desarrollo de las habilidades motoras. empieza a ser importante y se introduce en cada entrenamiento. En esta etapa ocurre uno de los aspectos más complejos en la enseñanza del voleibol, pues se produce el aumento del campo. Es la hora de introducir la recepción y la defensa, descendiendo la posición en el toque de antebrazos y aumentando las distancias en los desplazamientos; la colocación, comenzando con los toques de dedos hacia atrás; así como el ataque frontal y las fintas y el bloqueo individual. La técnica ya comienza a adquirir una mayor complejidad y se pueden comenzar a introducir algunos conceptos relativos al trabajo con especialistas.
  • Entre 14 y16 años: En esta etapa los fundamentos técnicos deben estar consolidados y se trabajarán elementos de mayor complejidad. Los saques en salto se empiezan a trabajar, así como los ataques desde todas las zonas del campo. El bloqueo colectivo también se empieza a consolidar en esta etapa. Por otra parte, la táctica individual empieza a adquirir relevancia y las jugadoras deben aprender a tomar decisiones y utilizar diferentes recursos durante el juego.
  • Entre 16-18 años: En esta etapa se empiezan optimizar las habilidades específicas de cada puesto a nivel físico, técnico y táctico. La evolución del saque es hacia el control en la dirección del mismo; se incorporan las defensas y recepciones en caída; las colocaciones en salto y el juego rápido y de zagueros se van asentando; y el trabajo de ataque y bloqueo se continua con la toma de decisiones.
  • A partir de los 18 años ya deben haberse adquirido y dominado todos los elementos técnicos, a excepción de los recursos avanzados de ataque y colocación, que requieren de una mayor experiencia y tiempo para su utilización de manera adecuada.

Y así terminamos nuestro post de hoy. Esperamos que les haya gustado y que les sirva para ayudarlos a la hora de planificar vuestro trabajo. En nuestra próxima entrada les mostraremos un cuadro en el que les explicamos la progresión para el entrenamiento de la táctica. 

Comentarios