Introducción a la táctica (2): Sistemas de juego
Hola de nuevo! En la entrada anterior (Introducción a la táctica 1) les explicamos de manera sencilla algunos conceptos fundamentales del voleibol. En este nuevo post, vamos a hablarles de las formaciones de juego que nos podemos encontrar más habitualmente.
El sistema de juego va a definir qué roles van a adoptar las jugadoras del equipo, cuántos de ellas van a realizar funciones de colocación o de ataque, o ambas. La utilización de una formación u otra va a estar estrechamente relacionada con los diferentes sistemas que vamos a utilizar, como el de recepción, el de defensa, el de ataque, etc. Sin embargo, antes de definir dichos sistemas tácticos, en un paso posterior, debemos decidir cómo va a ser la composición de nuestro equipo.
El nivel de las jugadoras y sus conocimientos, tanto técnicos como tácticos, serán uno de los factores en los que nos vamos a basar. Asimismo, el nivel de las posibles colocadoras puede ser otro gran condicionante. Pero hay que tener en cuenta que a mayor complejidad en el sistema, también será necesaria una mayor especialización por puestos en el equipo, por lo que no se debe progresar mientras nuestras deportistas no estén preparadas.
Sistema 6-6
El 6 -6, por definición, se considera una formación con 6 colocadoras y 6 atacantes. Se trata del sistema de juego más básico, en el que no existen figuras de especialistas. En las primeras etapas, es recomendable que todos nuestras jugadoras realicen funciones de “universal”, es decir, que todas realicen la función de colocadora y de atacante en alguna de las rotaciones. Generalmente, la jugadora responsable del segundo toque del equipo se encuentra en zona P3, aunque esto no tiene por qué ser así, y es posible ubicarlo en cualquier otra posición en función del sistema de ataque escogido.
Sistema 6-3 ó 3-3
El 6-3 o 3-3 se trata de una primera evolución del 6-6. No es tan frecuente verlo, pero ofrece una transición relativamente sencilla hacia la especialización de la colocadora.
En este sistema, serán sólo tres las jugadoras encargadas de la colocación. Éstas se situarán intercaladas entre las compañeras que sólo realizan la función de atacante. En esta formación, cada una de las colocadoras (o universales) es responsable del segundo toque en dos rotaciones (generalmente en zonas P3 y P2, por la facilidad), y actuarán como atacantes en las demás.
Sistema 4-2
Con este sistema, situaremos a dos jugadoras en zonas opuestas en el campo, con la labor de colocar en las rotaciones delanteras, de manera que cuando una colocadora pase a zona zaguera, será la otra la que adopte entonces dicho rol. El resto del equipo lo compondrán cuatro atacantes.
En esta formación, ya eliminamos totalmente la figura de la universal, pues estas jugadoras no realizan la función de atacante en ninguna rotación. Se trata de un paso más cercano a la especialización de la colocadora, pero todavía sin demasiada complejidad, pues las posiciones de las jugadoras y las permutas con la colocadora se repiten en tres de las seis rotaciones (cuando la colocadora está en zona P4, P3 y P2).
Sistema 6-2
Es una evolución del anterior, en la que la colocadora situado en la zona zaguera será responsable del segundo toque. En este caso, nos encontramos con tres jugadoras atacantes delanteras, pues la colocadora situado adelante realiza la función de universal, formando parte del juego de ataque. Al igual que en el sistema anterior, tres de las seis rotaciones se repiten; de manera general, la colocadora en P1, P6 y P5, aunque es posible realizar otras variantes y que nuestras universales realicen la función de colocación en otras posiciones (P1, P6 y P2, por ejemplo). Esto dependerá de cuestiones tácticas relacionadas con el sistema de ataque, en las que no vamos a entrar todavía.
Se trata de un paso más hacia la especialización por puestos. Aunque no es muy frecuente, el 6-2 se puede llegar a ver incluso en niveles avanzados.
Sistema 5-1
Se trata del sistema más conocido, pues es el que se utiliza más en alto nivel. Nos encontraremos tres rotaciones con tres atacantes delanteros y otras tres con sólo dos. Es un sistema que se utiliza, normalmente, con jugadoras especializadas por puestos, y donde todas las rotaciones son diferentes. Por esta razón, es importante que los conocimientos técnico-tácticos del equipo sean suficientes para dar el paso hacia algo tan complejo como el 5-1.
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